Wormrot – “Hiss” (Earache Records, 2022)

Este trío de Singapur nos presenta su quinto trabajo de larga duración editado por el conocidísimo sello inglés, Earache. Disco a disco han venido subiendo la vara, y en este 2022 la han dejado altísima. Su Grindcore primigenio ha sido matizado con algunos detalles que le agregan textura a la música, logrando resaltar aún más los momentos explosivos (que ocupan la mayoría de los minutos del trabajo). Estamos hablando de temas bastante cortos que se hacen espacio para contener montones de sensaciones shockeantes. Veintiún canciones en poco más de media hora que trataré de resumir sin tanta vuelta. Palo y a la bolsa, como lo sugiere Wormrot. 

Podemos oír el agua en “The Darkest Burden”, ligando esto a la genial portada. ¿Y que nos transmite esta pintura? Yo a simple vista observo algo relajante, pero al prestarle más atención me entran las dudas, y todo se comienza ver bizarro… ¿Será algo monstruoso tas esa apariencia tranquila? La mirada comienza a intimidarme, cuando de repente la música me asalta por completo. Sin respiro, los golpes caen violentamente sobre mis oídos. Bases Hardcore y voces extremas en todas sus formas se unen a “Broken Maze”, que cuenta con algunos coros limpios, como si estaos fuesen un Frankenstein entre Burton C. Bell  (Fear Factory) y Barney Greenway (Napalm Death). Y no podemos dejar fuera de mención al baterista Vijesh, quién literalmente destruye la batería.  

“Behind Closed Doors” cuenta con ese aire arrollador al estilo de Lock-Up, mezclado con matices de Punk disonante nipón, como los que utiliza Terror Squad, que serán aún más acentuados en la siguiente “When Talking Fails, It’s Time for Violence” y “Your Dystopian Hell”. Mientras que en “Unrecognizable” solo se necesitarán diez segundos para generar una explosión sonora de Grindcore. Y volverán a mezclar el Hardcore Punk con el Grind más salvaje en “Hatred Transcending”; la brutalidad en “Doomsayer”, los ritmos tribales en “Pale Moonlight”, o el griterío ensordecedor tras los machaques pegadizos que ejecuta Rasyid en “Seizures”.

Para “Voiceless Choir” es necesario un párrafo aparte. Contiene un poco de todo lo que despliega Wormot, pero resulta increíble que puedan mezclarlo en tan solo dos minutos y medio. Cantidades de ritmos y sensaciones se funden en un rompecabezas armado desde distintas cajas, que como por arte de magia encastran a la perfección. 

La demencia absoluta se apodera de “Grieve”, en un instrumental convulsivo donde la violinista invitada Myra Choo, parece haberse soltado de las correas. Por ende, vienen bien los momentos para tomar aire, como en “Sea Of Disease”, ya que en las siguientes “Noxious Cloud” y “Shattered Faith”, otra vez, se irá todo al carajo. Continuando con el frenesí en “Desolate Landscapes” y “Spiral Eyes”, llenos de guitarras que van del Hardcore al tremolo picking del Black Metal, acompañadas por baterías explosivas a puro blast y gritos lacerantes que salpican sangre. Mientras que la siguiente “Vicious Circle” presenta guturales bajos y harsh agudos en dosis extremas; reservando algo más de experimentación para “Weeping Willow”, que pasa de la agresión desenfrenada al Avant-Garde más radical, gracias a la violinista invitada. 

Un pasaje de clima al estilo de los finales de discos de Napalm Death, (pero algo más demoníaco), “All Will Wither”, nos deposita en “Glass Shards”, que va transformando la violencia absoluta en un final sufrido y cargado de sentimiento. Aquí los violines se conjugan con las distorsiones de aura Black Metal y los golpes frenéticos de la batería, dejando una puerta abierta a futuras experimentaciones. 

Un disco recomendadísimo para los fanáticos de la música extrema moderna. El grindcore de estos asiáticos se ha vuelto más variado, experimental y entretenido que en trabajos anteriores. Inclusive al día de hoy es su producción más larga, con casi treinta y tres minutos de duración, que se pasan tan rápido como siempre. Ya saben… oyentes del Noisecore, Grind, Avant-Garde extremo, Powerviolence, y todo lo que contenga agresión sónica, no dejen de chequear este lanzamiento. Lástima que no todo es color de rosa… Años atrás el vocalista Arif, había sufrido daños severos en sus cuerdas vocales, pero no es esa la razón para que ahora haya anunciado su desprendimiento de la banda. Una verdadera lástima, ya que además de aportar un buen grado de demencia con sus vociferaciones, también solía inmiscuirse en las mezclas de los álbumes y el arte gráfico. Habrá que ver en qué parte del inframundo, los restantes miembros de Wormrot consiguen un espécimen similar.