Las Barbas de Odín – Un Vikingo ha Muerto

Un barco de fuego cruza las aguas de mi mente. Un barco que transporta un cuerpo que ya no transporta alma, un alma que cruza de una costa a la otra, de un mundo a otro, de una dimensión a otra. Quizás las cenizas de todos los cuerpos que habitaron este mundo sea sobre lo que estamos parados, quizás la contradicción del fuego viajando sobre el agua sea la respuesta a todo.

Fuego que transmuta un estado en otro, fuego sagrado que lleva en sí mismo el ADN del conocimiento, porque la cosa no termina acá sino que se concilia en la memoria etérea.

Un vikingo ha muerto para los ignorantes, pero para los que viven realmente saben que no es así, el pueblo se prepara para saludar al que logró un escalafón y augurarle un buen viaje, quizás…

Los funerales de cada cultura hablan mucho de ella misma, de su conexión y forma de ver la vida, por ende la muerte. En el caso de los funerales Nórdicos podemos encontrar muchos simbolismos, y quizás manifestaciones de los estatus sociales. muchos escritos y crónicas como también los restos arqueológicos nos explican cómo eran las prácticas funerarias de los escandinavos en la Edad Media.

Un funeral podía ser por medio de la incineración o bien un entierro. Hasta aquí pareciera todo muy tradicional, pero la diferencia vital radica en “cómo” lo hacían.

En primer lugar dependía mucho del estatus social o económico del “ya perdido” aunque también las regiones y costumbres de cada “Clan” Región o Pueblo era algo muy marcado para ello. 

Quienes se inclinaban por “El Fuego” definitivamente eran por lo general los de mayor poder adquisitivo o de posición social / política muy elevada, el motivo fundamental era colocarlos en un barco ( ya de movida es muy oneroso la construcción del mismo, obviamente!). El Drakkar podía ser quemado en tierra o en su hábitat lógico, el agua.

En ambos casos se colocaba el cuerpo dentro de la nave rodeado de una cantidad de riquezas materiales, otras de productos de rituales y también acompañado por riquezas espirituales, como su caballo y hasta perros y gatos. Incluso hasta esclavos ofrecidos en sacrificio de sus “jefes” por propia voluntad, pero eso lo detallaremos más adelante. Luego se procede a quemarlo con antorchas o bien flechas con flamas dependiendo del método que se utilice (tierra o agua) . La alternativa “low Cost” era realizar una Pira de troncos colocar el cuerpo en el medio, incinerándolo (detalle para ambos casos la pira debía tener una altura importante ya que se necesitaban alcanzar elevadas temperaturas sino los cuerpos no se creman), luego las cenizas solían ser enterradas y marcadas con un pequeño túmulo, por lo general de piedras.

Claro que el crecimiento del cristianismo y sus costumbres borró por completo estas prácticas…

Los que elegían hacerlo en tierra, la cuestión era similar, enterrar un barco no era barato… si, no me equivoque, enterraban literalmente un barco, en caso que el difunto lo requiera y está a su alcance, cavaban una fosa, se colocaba la nave (de su propiedad previamente a morir o bien una confeccionada puntualmente para esa momento) se colocaban todas las riquezas, rituales realizados, animales etc. igual que en la modalidad anterior y se lo tapaba de tierra, en algunos casos no se quitaba el “mástil” de la embarcación de ahí la altura de los túmulos que realmente llegaban (llegan, porque existen al día de hoy) a alturas tan exageradas que parecieran colinas naturales.

Gracias a estos túmulos se han podido encontrar infinidad de elementos para comprender mejor aquellas épocas al día de hoy, pero la mayoría están con protección gubernamental, bajo el resguardo del patrimonio histórico y respeto a los antepasados. Los túmulos son muy comunes en Suecia, y en menor medida en Noruega y Dinamarca, en muchas ocasiones era acompañado por alguna Piedra Rúnica (Ver el tallo de la memoria)

Una opción o alternativa era simular barcos en piedra (Barcos de Piedra) que no eran ni más ni menos tumbas donde luego de enterrado al difunto, se simulaba un barco armando un perímetro de piedras con su forma (De barco).

Cabe destacar que siempre se los enterraba con sus pertenencias más valiosas sea cual fuere su rol, es decir, armas, herramientas, joyas u objetos domésticos.

Un capítulo para no dejar pasar es el de los esclavos o Thralls, donde era todo mucho más modesto, se los solía enterrar sin mucha pompa, pero lo suficiente como para ser respetuosos con el difunto, como para evitar un posible regreso a “molestar” o perturbar a sus amos, como también podía suceder que fueran sacrificados para servir a sus amos en “la otra vida”, de esto existe mucha evidencia.

El fuego ya está encima y las palabras van escaseando, ya listos para el otro lado debemos saber que todo deber ser perfecto en este rito, cualquier error nos podría convertir en almas errantes, la compañía de nuestro Drakkar, y nuestro querido caballo seguro lo evitarán…